de Jean-Luc Godard (1965)
Con mucho orgullo, le damos la bienvenida al Universo Celuloide al gran Juan Lucas, y que mejor que hacerlo en el marco de un ciclo de ciencia ficción por 2 monedas.
Alphaville es un país que literalmente se ha aislado del resto del mundo, regido por el más atroz y terrible de los tiranos que el futuro pueda imaginar: el pensamiento lógico, como pauta para todo comportamiento humano. Ahí es donde llega el agente secreto Lemmy Caution, con la única misión de llevarse de vuelta a los Países Exteriores, al Dr Von Braun, creador del computador Alpha 60, quién a través de sus resoluciones lógicas es amo y señor de la voluntad de los habitantes de la ciudad, o mejor dicho, el responsable último de la ausencia de anhelos y sentimientos de todo una sociedad mecánica y automatizada, solo pensada para funcionar, a como de lugar... ¿a qué les suena todo esto?
Si, una visión mordaz y terrible de la sociedad, a solo 5 años de los eventos que desatarían el ya mitico Mayo Francés.
Un Godard auténtico e inclasificable cuenta esta historia de ciencia ficción con pinta de policial negro, llena de neón y casi sin efectos especiales, aunque la belleza de su protagonista Anna Karina parezca de otro planeta.
Pura ironía al mismo tiempo que una lección de cine, lisa y llana: no es el exceso de técnia lo que hace a esta película ser futurista, sino la ausencia casi total de lo más humano: la pasión y los sentimientos.
